miércoles, 16 de noviembre de 2011

correspondencia: Maite

El lenguaje corporal nos dice mucho. A mi personalmente, y gracias a la danza, me permite expresar abiertamente un lenguaje oral muy acorde con los movimientos sutiles y no tan sutiles de mi cuerpo. Lo más difícil es esconder las emociones como el enfado, y a la vez los extremos son los más fáciles de identificar corporalmente. Mi dialogo con mi cuerpo es respetuoso, a veces exigente como soy y de quererme mucho y de querer a los demás, es decir empatizar con los cuerpos y mentes de los demás, ponerme en su lugar aunque no tenga nada en común.

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